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El Ayuntamiento continúa con los trabajos de limpieza y mejora de la red de abastecimiento de agua. Las acciones, realizadas por la empresa Aqualia (concesionaria del servicio) se dividen en dos líneas. Por un lado está la limpieza de imbornales y, por el otro, la renovación de las redes.

El concejal de Servicios, Juan Carlos Canalejo, pone en valor el “gran trabajo” que se está haciendo por atender todas las necesidades. “Se están llevando a cabo todas las limpiezas de imbornales después de la época estival y previos a las posibles épocas de lluvias. Así, cuando lleguen las precipitaciones habrá menos problemas”.  

En la misma línea ha detallado que desde la Concejalía de Servicios se ha trabajado en una hoja de ruta “clara y contundente” en cuanto a la renovación de la red de abastecimiento  y saneamiento, acciones realizadas, especialmente,  en el casco antiguo.  “Este equipo de Gobierno tiene muy clara cuáles son las prioridades, por eso, cada año, tenemos una partida importante para estas redes. El trabajo de Aqualia y el del Ayuntamiento es serio y da buenos resultados”.

Para esta última hay prevista una partida de  74.150 euros, de los que, desde enero hasta la fecha, ya se han invertido, 38.150€ en la renovación de redes, tanto de abastecimiento como de saneamiento, así como mejora del tanque de tormentas.

En concreto, los trabajos son la renovaciones  de 100 metros de tubería en Villarbajo,  de 50 metros de tubería en la calle Galatea, la renovación de un tramo de saneamiento en la calle Campanario Bajo, la renovación de 50 metros de impulsión en Sierra Grande, la renovación de 20 metros de saneamiento en la avenida San Amador, de veinte metros más en la calle Dolores Torres y, por último, la impermeabilización tanque de tormentas de Monte Lope Álvarez.

Limpieza imbornales

Actualmente, de los aproximadamente 2.207 imbornales existentes en el municipio se ha revisado el correcto funcionamiento del 70% y se ha limpiado el 60% de ellos. Cuando finalice el año se habrá llegado al 100%. La misión de estos trabajos es la recogida de las aguas de lluvia y escorrentía para su conducción hasta la red de saneamiento y, de ahí, a la depuradora para tratarlas antes de devolverla limpia al medioambiente.

La limpieza de las rejillas de los imbornales se realiza con ayuda del camión de saneamiento o manualmente con vehículos de limpieza industrial. Los trabajadores de Aqualia recogen los residuos extraídos y los llevan a un vertedero. Finalmente, insertan agua a presión en el imbornal para asegurarse de que el atasco ha desaparecido.

Las zonas con mayor número de incidencias durante la limpieza por acumulación de la suciedad son las colindantes a los parques (hojas), las colindantes a obras en ejecución por los derrames de hormigón y restos de áridos y las zonas con escorrentía de lluvia intrusiva.

Además de hojas, papeles, colillas, o arenas, uno de los principales problemas de atasco que se encuentran en las tareas de limpieza del sistema de saneamiento es el de las toallitas húmedas que se tiran al inodoro y llegan a las tuberías de saneamiento. A pesar de lo que indican algunos envases, éstas no se descomponen en el agua y forman grandes marañas de fibras en el interior de las tuberías que, junto con los restos de jabón, se solidifican y hacen tapón impidiendo que corra el agua sucia.

Este es un problema a nivel internacional. En nuestro país, la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas (AEAS, ahora DAQUAS) estima que las toallitas que se tiran al inodoro incrementan entre 4 y 6 euros por persona y año los costes de mantenimiento, tratamiento y depuración de las aguas residuales. En Europa, la asociación homóloga (EurEau) indica que el gasto que generan las toallitas es de entre 500 y 1.000 millones de euros al año.

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